Sonreír, fruncir el ceño, levantar las cejas… dan lugar a las temidas líneas de expresión. Y con el paso del tiempo, la pérdida de colágeno y de fibras elásticas hace que estas líneas de expresión se conviertan, de forma gradual, en pliegues estáticos, en arrugas. Aunque su aparición sea inevitable, un buen tratamiento cosmético antiarrugas puede retrasarla, y disminuir su apariencia una vez que ya ha hecho su aparición. Un dermocosmético efectivo y adecuado para nuestro tipo de piel es un gran aliado en nuestra batalla contra las arrugas.